Catedral de Lisboa

La Catedral de Lisboa, comúnmente conocida como la Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua y la más importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo predominante es el Románico.

La Catedral de Lisboa presenta un aspecto austero en el que predomina el estilo Románico, aunque con las reformas realizadas a lo largo de los años se han mezclado con maestría diferentes estilos que aportan un carácter muy especial al templo.

Desde el exterior, la catedral está protegida por gruesos muros enmarcados con dos torreones a modo de campanarios, que le aportan un aspecto más propio de las fortalezas medievales que de un templo. La fachada aún conserva su estilo románico del siglo XII, y se encuentra presidida por un rosetón central.

Una vez su el interior, de planta central, nos encontramos con un templo que, en medio de su austero carácter cuenta con algunos elementos decorativos como la pila en la que fue bautizado San Antonio de Padua, algunos sarcófagos del siglo XIV, y una llamativa capilla gótica del siglo XIV.

Echando la vista atrás

A lo largo de su historia, la Catedral de Lisboa se ha convertido en uno de los más importantes ejemplos de la fortaleza portuguesa, sobreviviendo de manera ejemplar y manteniéndose erguida después de sufrir diferentes catástrofes naturales tras las cuales tuvo que ser reformada en diversas ocasiones.

Entre los avatares que sufrieron sus paredes, la Catedral de Lisboa vivió sus peores momentos durante el Gran Terremoto de 1755. El 1 de noviembre de este año, la ciudad fue sacudida con furia en un triste episodio que destrozaría gran parte de la ciudad ensañándose gravemente con el templo, tras lo cual la catedral tuvo que enfrentarse a una importante reforma.

Claustro y ruinas

Construido en el siglo XIV, el claustro de la Sé de Lisboa tiene un estilo similar al del Monasterio de los Jerónimos, aunque cuenta con unas dimensiones más reducidas.

En el interior del claustro se pueden ver restos de su pasado romano, árabe y medieval que han sido excavados durante los últimos años para convertirse en una profunda huella sobre la que se asienta firmemente la historia de Lisboa.

Para visitar el claustro de la Catedral de Lisboa es necesario pagar una pequeña entrada, pero a pesar de esto la visita merece la pena y es totalmente recomendable.

Tesoro de la catedral

En la parte superior de la Catedral de Lisboa, en la sacristía, es posible visitar el tesoro. La exposición cuenta con cuatro salas a lo largo de las que se pueden ver diferentes piezas religiosas como trajes, joyas y reliquias de diferentes épocas.

Horario

Noviembre a mayo: Lunes a sábado de 10:00 a 18:00 horas.
Junio a octubre: Lunes a sábado de 9:30 a 19:00 horas.
Cerrado domingos y festivos todo el año.

Precio

Adultos: 5 (5,30 US$)
Niños entre 7 y 12 años: 3 (3,20 US$)
Menores de 6 años: entrada gratuita.

Transporte

Tranvía: líneas 28 y 12.
Autobús: línea 37.

Lugares próximos

Plaza del Comercio (380 m) La Baixa (412 m) Castillo de San Jorge (428 m) La Alfama (451 m) Elevador de Santa Justa (589 m)